Algunas personas se sorprenden que tarde hasta 4 semanas en entregar mis trabajos.
¿Un mes por una página de ventas?
Sagerao tete.
Y es cierto, es mucho tiempo. Sobre todo si tienes en cuenta que ahora existen cientos de inteligencias artificiales que entregan landings en cuestión de segundos.
¿Quién en su sano juicio elegiría al copy tardón?
Al principio era algo que me agobiaba. Al principio.
Pero después de leer a los copywriters de vieja escuela, se me quitaron todas las dudas.
Estos tipos no tardaban un mes en entregar sus trabaos, sino varios.
¿Sabes por qué?
Por dos grandes razones:
La primera era porque antes de escribir una sola palabra realizaban una investigación que rozaba lo enfermizo.
Iban a la fábrica a hablar con los trabajadores.
Se llevaban el producto a casa.
Lo usaban y requeteusaban.
Lo comparaban con los que ofrecía la competencia.
Llamaban directamente a los clientes para escuchar sus valoraciones y quejas.
Analizaban las campañas anteriores. Etc. Etc. Etc.
Como te decía, enfermizo.
La segunda es esta:
Sus publicaciones eran en papel. En costoso y poco modificable papel.
Eso hacía que se aseguraban bastante más que lo que entregaban era valioso, porque no podían cambiarlo de la noche a la mañana.
Cuando comprendí todo el trabajo que había detrás (y que entiendo que a ti te importe entre poco y nada), entendí porque tardaban tanto.
Y más importante aún, porque sus trabajos generaban millones y millones de dólares.
En mi caso, todavía doy gracias a tener la tecnología a mi alcance, porque en caso contrario estoy seguro que tardaría varios meses en terminar algo.
Me gusta esa filosofía de bajar productividad a cambio de aumentar la probabilidad de entregar algo que realmente merezca la pena.
No siempre lo consigo, claro. Hay gente que no ha terminado satisfecha y he intentado devolverles el dinero (aunque por cosas que te contaré en otro momento se negaron rotundamente a ello).
Pero no sé, yo duermo más tranquilo así.
Sabiendo que he puesto todo mi tiempo y esfuerzo en el encargo, sin dejarme llevar por las prisas de tenerotro esperando en la puerta. Esa es mi vieja filosofía.
Para quienes no les importe esperar a cambio de algo que rara vez no amortizas en las primeras semanas, tengo esto:
Copywriting radical
Un abrazo,
Jesús, Copywriter de bata blanca