Lección de ventas por 5€ para mí. Gratis para ti.

Este finde estuve en Lisboa.

Lo que encontré callejeando sus calles es digno de mención. Al menos en un email.

¿La razón?

Puede hacer que te cases con tu modelo de negocio actual o que vires 180º hacia uno totalmente opuesto.

Lo mejor es que no hay respuestas correctas, solo enfoques diferentes.

¿Lo vemos?

 

Verás.

Paseando por las ruas du Portugal me topé con una peluquería algo peculiar.

Tan peculiar que solo necesitó tres segundos para convencerme de que entrara y solo unos segundos más para que suplicara que me pusieran el delantal.

¿Cómo consiguieron camelarme tan rápido? ¿Qué tipo de novedosa estrategia de captación utilizaron?

La verdad es que… poca cosa.

 

Lo único que hicieron fue poner un cartel que decía: «Corte de pelo de caballero a 4,5€»

 Y dentro prometerme que en 10 minutos habrían terminado.

 

El modelo de negocio de este tipo de locales es claro: van al bulto.

No esperes un lavado de cabeza previo, un poco de conversación intra o una gomina post.

No.

Entras, te cortan el pelo y te vas.

Como si estuvieran esquilmando ovejas. Exactamente igual.

¿Lo hacen mal? No, es pasable.  Pero no tiene nada que ver con mi peluquería de Gijón.

 

En primer lugar porque aquí no te cortan el pelo sin cita previa.

En segundo, porque el local rezuma higiene (a diferencia del de Lisboa, que tuve serias dudas de si saldría con algo más que un corte de pelo).

Y en último, porque lo hacen estupendamente. Son cuidadosos, detallistas e innovadores.

No hay color.

Y por eso cobran cuatro veces más.

 

Entonces.

¿Qué tipo de negocio es mejor?

Mi respuesta es: DEPENDE

La mayoría de las personas te dirán que el segundo, pero no estoy de acuerdo.

Depende de lo que estés buscando.

¿Quieres clientes a cualquier coste? ¿No te importa bajar la calidad y los precios por ello? ¿Prefieres entregar menos valor a cambio de echar más horas?

A muerte con el segundo.

 

Ahora bien.

Si lo que quieres es cobrar más por lo que haces, obtener clientes dispuestos a pagar lo que pides y que respeten al máximo tu opinión, entonces no te queda otra que hacer dos cosas muy bien:

Primera: ofrecer un servicio cojonudo.

Segunda: cuidar que carteles cuelgas en tu fachada.

 

De lo primero poco puedo decirte. Puertas para dentro tú eres el boss.

¿Pero de puertas para fuera?

De eso sí me puedo encargar. Puedo ayudarte a que cuando alguien te conozca piense:

«Yo quiero trabajar con este profesional».

 

¿Bien? ¿Mal?

Antes de plantearte nada, te recomiendo leer con atención lo que pongo aquí:

Copywriting radical

No leerlo sería hacernos perder tiempo a los dos.

Para no perderte ningún email, suscríbete aquí:

Jesús Bahamonde Copywriter de bata blanca