Hola,
Mi nombre es Jesús Bahamonde y antes de ser copywriter era enfermero.
Es decir, que sabía de ventas lo mismo que de naves espaciales.
Pero antes de contarte por qué dije adiós a un sueldo estable, te diré qué puedo hacer por ti.
Así si no te interesa, te ahorras el drama.
¿Te parece?
Verás, mi trabajo es muy sencillo.
Fíjate si lo es que solo tiene…
Tres pasos
1. Lo primero que hago es captar la atención de tu cliente.
Esto es importante. Tan importante como que en el año 2000 el tiempo medio de atención era de 12 segundos y hoy vamos por 8.
Hemos perdido ⅓ y esto cada vez irá a peor.
¿A este ritmo?
Acabarán poniendo soporte para móviles hasta en carritos de bebés.
Pero me callo y sigo.
2. Tras leerme con interés, a tu cliente se le sube a la cabeza el deseo tonto de querer comprarte.
3. Finalmente, toma la acción que le proponemos: comprar, suscribirse, rellenar un formulario…
En fin, lo que sea que estemos buscando.
¿Difícil de creer?
Puede. Pero por eso no voy a pedirte que lo hagas.
Mejor compruébalo tú mismo dejando tu email abajo.
Ahora sí, el salseo:
Sé que suena contradictorio, pero déjame contarte mi historia para que veas que puedo hacerlo:
Como te comenté antes, estudié enfermería.
Incluso aprobé una oposición que me daba unas ventajas casi abusivas en ciertas bolsas de trabajo.
Sin embargo, a los pocos años un demonio empezó a susurrarme cositas al oído:
«¿Has visto que ese cobra más que tú solo por ser mayor?»
«Buenas, te dejo por aquí el síndrome del domingo por la tarde.»
«¿Ya pensando en la jubilación?»
Estas ideas me asaltaban una y otra vez, pero me conformaba pensando que siempre se podía estar peor.
Además, ¿no era esto para lo que había estudiado?
Un día, buscando cómo pegar el pelotazo con mis ahorros, me topé con un rastafari que hablaba de nomadismo digital.
A mí eso no me interesaba. Me gusta mi cueva. Pero vivir desde un ordenador, sin madrugar ni rendir cuentas a nadie… sí.
Así que comencé a usar mis tardes y días libres para ver de qué iba la movida.
Probaba todo lo que caía en mis manos como un niño con un juguete nuevo, hasta que descubría que no quería dedicarme a eso y pasaba a lo siguiente.
Mientras trasteaba y desesperaba y volvía a trastear, escuché el podcast de un tipo que ganaba una pasta escribiendo páginas de venta.
«¡A mí se me da bien escribir!»
Y con ese pensamiento tan inocente (y equivocado), me adentré en la madriguera del copywriting.
Sin embargo, para mi sorpresa conseguí mis primeros clientes a los pocos meses.
¿Cómo? ¿Por qué?
Mu sencillo. Porque el copy me permitía construir una buena fachada a pesar de tener unos cimientos mediocres.
Me explico.
La mayoría de la gente tiene un buen producto/servicio pero no sabe venderlo. A mí me pasó lo contrario. Aprendí cómo parecer valioso a ojos de los demás, pero después sudaba lágrimas y sangre para entregar algo decente.
Si lo reflexionas dos segundos, tiene sentido:
Yo era de los primeros, pero una vez me decían “sí, quiero” rozaba la enfermedad para entregar algo digno.
Y así un cliente llevó a otro, y otro, y otro… hasta que pude jubilar al demonio de mi cabeza y trabajar en algo de lo que no quiero jubilarme.
Lo último:
No sería justo despedirme sin hablar de algo que tiene menos emoción que un documental de La 2… pero que ha sido clave para llegar hasta aquí:
Sé holdear con cohones
En otras palabras: aprendo, lo intento, fallo, me cago en tó, me levanto, aprendo, vuelvo a intentarlo, fallo de nuevo, vuelvo a cagarme….
Lo has escuchado cientos de veces, pero no por ello deja de ser verdad: holdea y llegarás a tu objetivo. Sea cual sea.
Como dice Alex Hormozi:
«No hay metas imposibles, sólo plazos imposibles».
Te lo confirma alguien que hace no tanto confundía SEO con CEO y que no tenía ningún talento ni habilidad especial. Y ahora, no es que esté en mi “prime”, pero alguna cosa he conseguido.
Si no abandonas, no pierdes.
Así de sencillo.
Así de complicado.
Así de dulce sabe cuando avanzas.
Abrazos
Jesús, Copywriter de bata blanca
PD. Si quieres aumentar tus ventas por escrito tengo una serie de emails que pueden ayudarte con ello. Aquí los tienes:
*No pasa en 1 ni en 2, ni en 3… cientos de webs cometen estos errores y después se llevan las manos a la cabeza cuando no llegan notificaciones de Stripe.
⬇️ 7 cosas que casi seguro haces en tu web y quitan las ganas de comprar*
>> Si quieres leer alguno de los emails que reciben mis suscriptores y ya te has perdido, lo haces aquí.
>> Para descubrir una forma rara de vender, esta otra.