Divirtámonos hoy un poco con un quiz.
No algo tipo trivial que te hace sentir imbécil.
Es algo mucho más ligero, pero que te va a demostrar por qué la presentación de lo que diablos vendas es tan importante como lo que diablos vendas.
Y ojo, de paso te llevas un quiz para que parezcas la leche de interesante delante de familiares y amigos.
¿Jugamos?
Verás, te voy a presentar a tres candidatos a las elecciones de EEUU.
Tienes que quedarte con uno. Solo uno.
Candidato A: hipertenso, anémico y con varias enfermedades graves. Miente si le conviene, consulta astrólogos sobre sus políticas, engaña a su mujer y tiene problemas con el alcohol.
Candidato B: tiene sobrepeso y ha perdido tres elecciones. Ha padecido una depresión y dos infartos. Es casi imposible trabajar con él y fuma puros sin parar. Cada noche bebe una cantidad ingente de alcohol y toma somníferos.
Candidato C: es un héroe de guerra condecorado. Trata con mucho respeto a las mujeres, le encantan los animales y raramente fuma o bebe.
Dime, ¿a quién votarías?
…
…
…
¿El último? ¿Seguro?
En ese caso, acabas de descartar a Frankling D. Roosevelt y a Winston Churchill.
Pero eh, por suerte has elegido a… Hitler.
jajaja
Vale, ahora vayamos con una pregunta mucho más sencilla:
¿Cómo de diferente habría sido tu decisión si te hubiera hablado del impacto que cada personaje tuvo en la historia?
Piénsalo.
Los hechos son los que son, pero la forma en la que se presentan (y eso incluye también lo que omites y lo que añades), influye de manera bestia en las decisiones de las personas. En tus propias decisiones.
Quién siga ignorando esto seguirá ignorando una verdad casi universal:
Las apariencias sí importan.
Si llevas tiempo pensando en darle un empujón a la tuya, no se me ocurre un mejor primer paso que clicar aquí:
Copywriting radical