Estoy de vuelta pá

Hace unos días comenté en LinkedIn que validar ideas con familiares no siempre es buena estrategia, porque a veces…

 

No se atreven a decirte la verdad.

No quieren herirte.

Te ven como eres hoy, no como podrías llegar a ser.

Tienen miedo de que fracases. Te animan sin entender bien la idea.

 

A raíz de esta publicación, alguien comentó algo así como:

«Prefiero discutir mis ideas con colegas de confianza que entienden lo que digo».

Y tiene todo el sentido del mundo. Alguien que ya sabe a qué te dedicas te rebotará mejores ideas.

Pero también… puede provocar que acabes pensando como un pescador en lugar de como un pez.

Es decir, que acabes lanzando mensajes como un marketer / copy / abogado / entrenador en lugar de como un cliente.

Porque al estar tan metido en tu mundo, tu jerga, tus movidas, puedes olvidar que para el que está ahí fuera las palabras KPIs, retargeting, pushups, open source o cash flow suenan a indio.

 

La forma más sencilla de solucionar esto es compartiendo tus ideas con alguien ajeno (tu abuela, tu cuñada funcionaria o tu sobrino tik-toker).

¿Lo entiende?

Navegas hacia un mensaje potencialmente cohonudo.

¿No?

Navegas hacia la invisibilidad.

 

Eso es todo por hoy.

Para estar recién llegado de vacaciones creo que es un email aceptable.

Aún así, si no te convence, si estás hasta el toto de escuchar «aterriza tus mensajes» pero no hay forma de que alguien comprenda a la primera qué diablos haces, entonces tal vez esto te interese:

Copywriting radical

Arriba para poner rumbo hacia la autoridad sin dejar de sonar profesional o lanzar ideas de parvularios (los extremos son odiosos).

 

Un abrazo,

Jesús, Copywriter de bata blanca

 

PD. Comí helados de pistacho. Comí focaccias (no sé si se escribe así, yo solo las comía ¿vale?) y también descansé como un oso perezoso. Pilas cargadas pá. 

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Jesús Bahamonde Copywriter de bata blanca